jueves, 18 de junio de 2015


LA PROSTITUCIÓN EN COLOMBIA

La prostitución es un fenómeno que se ha presentado desde siempre en la historia de la humanidad y en la actualidad la ley se ha ocupado de reglar esta actividad a través de normas que son el reflejo de nuestra cultura, es decir, son consecuencia de la visión que desde diversos aspectos, como el económico, social, artístico y religioso, entre otros. Colombia no es la excepción. Normas como el Código penal y el Código Nacional de Policía, así como la jurisprudencia de la Corte Constitucional, han proporcionado ciertas directrices que pretenden orientar la actividad de la prostitución, pero estas no se compadecen con la grave situación que enfrentan las personas dedicadas a esta actividad y que diariamente se ven sometidas a vejaciones y discriminaciones que atentan contra su dignidad y sus derechos fundamentales.



INTRODUCCIÓN

¿Cuál será más de culpar la que peca por la paga o el que paga por pecar? Este interrogante sirve de bandera a la ocupación central de este trabajo. El establecimiento de la frontera entre moral y ley como marco de la problemática de la prostitución en Colombia. Si bien se ha dicho que este fenómeno es tan antiguo como el mismo hombre, cabe anotar que a pesar de ello su tratamiento aun parece estar en las primeras fases hacia una evolución. Saturnino Sepúlveda, Carol Poteman, y algunos estudios realizados en España, Holanda y por supuesto en Colombia clasifican el modo de tratamiento adoptado por los diferentes países, resultando así una la división se aplica a tres categorías: El reglamentarismo o Tolerancia y El prohibicionismo. Bajo estos parámetros parte el análisis de las leyes y de la opinión de la sociedad representada en el valor / derecho de la moral social, la cual recibe según carta política, amparo y protección primando a veces sobre los derechos individuales.
En Colombia, sociólogos y Trabajadores sociales se han dado a la tarea de analizar y escribir sobre el tema y cierto es, que más allá de la especulación poco es el aporte dado por las diferentes ramas. Pretender encontrar una solución que resuelva esta situación y que la anule como ejercicio de subsistencia, es tan utópico y atrevido como pretender acabar con los pobres del mundo. Y entiéndase bien que no se trata de discriminación ni a los pobres, ni a las trabajadoras sexuales, ni mucho menos de desconocimiento a los esfuerzos realizados por personas como Virginia Gutiérrez de Pineda, primera mujer en Colombia en abordar el tema, o al abogado cartagenero Ramón Ariza con su libro Prostitución y Delito de 1968. No, no se trata de desmeritar estos trabajos, ni tampoco los realizados por Saturnino Sepúlveda. Por el contrario, de acuerdo a estas bases es que se pretende analizar el camino recorrido desde esos días, desde ese entorno cultural hasta estos tiempos y estas condiciones, observando el transcurrir de las normas en Colombia y compararlo con la moral de una sociedad que se atreve a catalogarse como "de mente abierta".

LA PROSTITUCIÓN EN LA HISTORIA

Redundar en la idea de que la prostitución es la actividad más antigua del mundo no es el simple argumento de quienes la defienden y luchan por su humanización. Y entiéndase bien que si se habla de defensa, no se trata de legalización, sino de cómo su nombre lo indica, una lucha por los derechos a los que como humanas se hacen merecedoras las trabajadoras sexuales.
Partiendo de esta base es posible hacer referencia a la prostitución como la actividad más antigua de la humanidad. Así las cosas es posible remontarse hasta los tiempos en que según el catolicismo existió la primera mujer dedicada a estas labores. Cítese entonces a María Magdalena, mujer adúltera y pagana convertida según cuenta el libro de San Lucas. Esto en lo que se refiere a la era cristiana. De otro lado en los pueblos de Mesopotamia, se hablaba de la Prostitución sagrada. La religión pues, aparece como la patrona administradora o impulsora de tal situación. Esta institución se hacía indispensable como medio de sostenimiento del estamento religioso, tan era así que cuando este tenía pocos recursos era obligatorio consagrarse al templo de la diosa Mylita por lo menos una vez en la vida de una mujer, antes de casarse. Tal rito consistía en sentarse en una plaza pública hasta el momento en que algún hombre tirara una moneda a su lado, la moneda se destinaba a las arcas del templo y el cuerpo de la mujer a un desconocido.

En Grecia por su parte se hablaba de las Heteras o Hetairas como comúnmente se les denominaba a prostitutas instruidas en las diferentes artes, la música, la literatura y la danza. Su conocimiento era requisito para su ejercicio. Estas heteras, seguían siendo administradas por los sacerdotes.
El propósito de reseñar la historia de las heteras, las prostitutas sagradas y de la misma María Magdalena, no es otro que enmarcar como las narices de la religión, bien monoteísta o politeísta han tenido que ver de uno u otro modo con esta situación. Motivos paganos, morales, altruistas (desinteresados, caritativos…etc.), religiosos y hasta políticos hacen de la prostitución un fenómeno ante todo de índole cultural, donde según la época y las condiciones socioeconómicas se ha cambiado su perspectiva y su Asunción como integrante del compendio de la sociedad.

CONCLUSIONES

La normatividad vigente aplicable al tema de la prostitución responde a la forma como la sociedad colombiana ve este fenómeno desde una perspectiva moral, de manera que, por tratarse ésta de una actividad moralmente censurada, deja de lado la protección de las personas que a ella se dedican, en lo que atañe a sus derechos laborales y de seguridad social entre otros, además de perseguirlas y prejuzgarlas, asociándolas con otros problemas sociales como la droga, el alcohol, la violencia y el crimen.









No hay comentarios:

Publicar un comentario